El papel de Federico Engels en la construcción del socialismo científico

Miguel Ángel Lara Sánchez[1]

El socialismo científico es una concepción del mundo; pero no es una concepción cualquiera, sino que se distingue por está construida sobre bases científicas. Es el resultado de la asimilación crítica del pensamiento que había desarrollado la Humanidad hasta la segunda mitad del siglo XIX. Sus creadores, Carlos Marx y Federico Engels, fueron los últimos enciclopedistas que ha creado la especie humana. Hasta antes de ellos, quienes interpretaban la realidad de su tiempo y sintetizaban los principales acontecimientos de la historia, en su mayoría depositaban ese conocimiento en manos de las clases dominantes, a las que servían.

Pero Marx y Engels no actuaron así. La concepción del mundo que nos han legado sirve a las clases explotadas y oprimidas. La razón no solo es ética y humanista, sino además y fundamentalmente histórica porque les tocó vivir el momento en que el desarrollo de las fuerzas productivas materiales e intelectuales potenció, como nunca antes, la acumulación de riqueza y porque expandió el modo capitalista de producir en los puntos más dinámicos del planeta hasta convertirse en su centro motor.

Esto permitió que Marx y Engels ya desde mediados del siglo XIX conocieran las fuerzas motrices que animaban sociedad burguesa y vivieran una época de antagonismos de clase, entre los cuales fue sobresaliendo cada vez con mayor nitidez la lucha entre el proletariado y la burguesía, es decir, entre las clases fundamentales del capitalismo como sistema.

La construcción de esta concepción no fue obra de una sola persona, sino que sus fundadores son dos enciclopedistas que vivieron en el mismo tiempo histórico y cuya vida se entrelazó fuertemente una con la otra no solo en la práctica social sino también en el pensamiento crítico que siempre los distinguió. De esta suerte, en este año 2020, cuando estamos a 200 años del nacimiento de Engels, nos permitimos conmemorar este singular e importante acontecimiento con una breve reflexión de su notable contribución al mundo contemporáneo como uno de los fundadores de esta concepción del mundo, llamada por ellos el socialismo científico.

Sin dejar de lado que la construcción más aguda de pensamiento siempre estuvo a cargo de Marx, cuestión que Engels reconocía con la mayor de las honestidades y admiraciones, sin embargo, las contribuciones que este último hizo no fueron de menor importancia porque ayudaron a construir las bases de esta visión científica del acontecer de la humanidad; de ahí que sea una creación indisoluble y amalgamada del esfuerzo militante y científico de ambos.

En sus años de juventud ambos se formaron en la visión materialista de la filosofía y asimilaron de manera profunda la dialéctica hegeliana. Aunque no dejaron una obra completa de su concepción materialista de la filosofía, sin embargo, a lo largo de su prolija creación literaria plasmaron su visión y la desarrollaron de manera notable en la crítica que hicieran de la Economía Política que quedó plasmada en El Capital y en el conjunto de obras que giran alrededor de él, no solo por la pluma de Marx sino también de las contribuciones que hiciera Engels, a lo cual debemos sumar la vasta correspondencia que intercambiaron ambos sobre el tema, y en la que también se destaca la maestría en la aplicación de la dialéctica materialista.

En un principio, por caminos relativamente separados, Marx y Engels llegaron a la misma conclusión en la evolución histórica de la sociedad burguesa, pero una vez que se encontraron y tuvieron oportunidad de contrastar sus opiniones de manera más detallada, brotaron las líneas generales de una nueva concepción del mundo en el primer escrito elaborado de manera conjunta, lo que conocemos como La Ideología Alemana, en la cual se trazaron los fundamentos de lo que más tarde llamarían la concepción materialista de la Historia.

En lo sucesivo, la misma evolución de la lucha de clases, el desarrollo de la acumulación capitalista y el intenso debate político-ideológico con las corrientes progresistas de su tiempo, permitieron el florecimiento de su nueva concepción del mundo en diversos planos de la actividad humana, mereciendo especial atención su participación directa y comprometida en la lucha del proletariado por su emancipación.

En este sentido, desde muy temprana hora ajustaron cuentas con las corrientes socialistas burguesas, pequeñoburguesas, utopistas y reaccionarias presentes en el movimiento obrero europeo, lo cual quedó plasmado en una de sus obras fundamentales, el Manifiesto del Partido Comunista, que establece que solo una concepción del socialismo que esté basada en la ciencia puede conducir de manera correcta a la liquidación de las relaciones burguesas de producción, es decir, el socialismo científico. No es casual, por tanto, que Engels en sus últimos años de vida regresara nuevamente a este punto para afirmarlo y desarrollarlo en su obra Del socialismo utópico al socialismo científico, ya con la experiencia práctica de la lucha de clases de poco más de cincuenta años y la prolija creación literaria de ambos.

También desde sus primeras obras críticas, Marx y Engels llegaron a la conclusión de que, para darle un carácter científico a la lucha de clase del proletariado mundial, había que explicar de manera sistemática y de acuerdo con el desenvolvimiento de sus leyes, la economía que animaba el régimen capitalista. Por eso es que el genio agudo de Marx se dedicó al estudio concienzudo de la economía burguesa como tarea intelectual de primer orden, estableciéndose desde entonces una división del trabajo entre él y Engels. Mientras aquél, con la ayuda de Engels, desentrañaba y sistematizaba las leyes que regulan la relación de capital, este último, por su parte, desarrollaba la nueva concepción del mundo en diversos planos del pensamiento humano, fundido en la lucha de clases de su tiempo, siempre orientando y organizando al proletariado.

Aunque Marx no vivió el tiempo suficiente para sistematizar toda la obra económica que desarrolló, sin embargo, alcanzó a publicar el primero de los tomos que comprendía y también dejó escrita la mayor parte de su Crítica de la Economía Política en varios pero densos manuscritos, mismos que Engels, por el conocimiento paso a paso que tenía de ellos, logró sistematizar para su publicación. Gracias a él pudimos conocer la exposición sistemática del conjunto de leyes que regulan la producción y el cambio y, por consiguiente, debido a esta ardua labor, es que por vez primera se establecieron las bases científicas del tránsito de la humanidad hacia la abolición del trabajo asalariado. El socialismo se convertía en ciencia del proletariado para su liberación.

Todavía tras la muerte de Marx, Engels no solo se ocupaba de guiar al movimiento obrero en su lucha contra el capital, sino además se dio tiempo para dejar plasmados los desarrollos de la nueva concepción del mundo en diversos planos: en la filosofía, en las ciencias naturales, en la teoría materialista del Estado, en la nueva antropología, etc. La muerte le sorprendió cuando se aprestaba a ordenar los manuscritos de Marx sobre la historia de las teorías de la plusvalía, el cuarto tomo proyectado.

El socialismo científico es una visión del desarrollo histórico de la humanidad que está construida con base en diversas ciencias: la filosofía materialista y dialéctica, la economía crítica, la historia, las ciencias naturales, la sociología, etcétera. En fin, es la síntesis de lo mejor que produjo el pensamiento humano desde la antigüedad hasta el momento de la expansión planetaria de las relaciones burguesas de producción. Al mismo tiempo, es la guía general que dejaron Marx y Engels al proletariado mundial y a los campesinos pobres para acabar con la última de las sociedades basadas en la explotación del hombre por el hombre. Por eso, a doscientos años del nacimiento de Engels y a 125 años de su último soplo de vida, es que honramos la memoria de este gran hombre y que celebramos la plena vigencia, la gran fuerza de transformación de la ciencia convertida en instrumento de la emancipación humana.

8 de diciembre de 2020

[1] Ponencia presentada en el Foro Conmemorativo por el 200 aniversario del Natalicio de Federico Engels, 1820-2020, organizado el 8 de diciembre de 2020 por la Carrera de Economía de la UNAM, plantel FES Aragón, México.