Los cambios a la jubilación en Teléfonos de México

Prefacio

El propósito de este material consiste en dar a conocer los cambios en el régimen de jubilaciones y pensiones de los telefonistas que laboran en la empresa Teléfonos de México (Telmex) realizado en abril de 2009. Estos cambios paradójicamente se realizaron durante una negociación de revisión salarial cuando debieron haberse discutido en el marco de una negociación del Contrato Colectivo de Trabajo entre esta empresa y el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, sobre todo porque afectan el núcleo central de dicho Contrato.

Sin embargo, tales cambios fueron impulsados con toda la fuerza de Telmex y de la cúpula que detenta el poder del STRM, liderada por el casi eterno Secretario General, Francisco Hernández Juárez. Por su alcance, constituyen una traición a los intereses de la clase obrera mexicana y el mayor de los retrocesos que haya habido en la historia de los telefonistas. A pesar de la fuerte resistencia argumental presentada por los Delegados telefonistas pertenecientes a la oposición crítica de este Sindicato, de la fehaciente demostración de que no había elementos financieros, éticos, morales y laborales que justificaran este retroceso en materia de jubilaciones y pensiones, no obstante se impusieron con la fuerza de toda la estructura sindical y de las presiones de la empresa. Lo que al interior fue una enconada lucha protagonizada tanto por los delegados como por los telefonistas críticos en la Asamblea General Nacional y en algunas Especialidades tanto en la capital del país como en varias localidades foráneas, al exterior la cúpula hernándezjuarista hizo todo lo posible por silenciar esta oprobiosa traición no sólo al gremio telefonista sino además al movimiento obrero mexicano.

Siempre vistiéndose al exterior falsamente con un ropaje democrático y seudoprogresista, al aceptar los cambios a la jubilación y las pensiones bajo la completa sumisión a los intereses de clase de Teléfonos de México, su apariencia cayó en contradicción con su esencia revelada; sus aires de heraldo del movimiento laboral dentro y fuera de la Unión Nacional de Trabajadores se vieron fuertemente cuestionados y por si fuera poco, los retrocesos en la jubilación se convertirían en el mejor autorretrato que exhibiría su naturaleza de clase ante las intenciones de candidatearse por ese entonces como diputado federal para hacer carrera política en las esferas del Estado. Por eso, el silencio casi unánime en los medios masivos de difusión ante este cambio fundamental en la vida laboral de los telefonistas.

Comenzaremos exponiendo en el Capítulo I el entorno sindical en que se dieron los cambios a la jubilación y el régimen de pensiones de los telefonistas, para en el Capítulo II describir, con base en la información financiera de Telmex, sus ingresos, ganancias, la evolución de la plantilla laboral y los grados que ha alcanzado la acumulación de capital en esta empresa para demostrar que no existen elementos que justifiquen dicha entrega. En el Capítulo III expondremos los variados cambios en el régimen de jubilaciones y pensiones plasmado en el Contrato Colectivo de Trabajo y en particular dimensionaremos la afectación económica a los telefonistas y la ganancia adicional que se llevará Telmex tomando como base los salarios que se percibían en 2009. En el Capítulo IV se expondrá el impacto político que estos cambios tienen, en particular para el movimiento obrero mexicano y en el Capítulo V haremos una valoración histórica de las afectaciones a la jubilación y las pensiones.

Hemos considerado pertinente en el Anexo dar a conocer la información por Especialidad que detalla un poco más algunos de los aspectos esenciales de la jubilación, las pensiones y el costo económico. Esperamos, por último que este material contribuya al esclarecimiento de las consecuencias lesivas de tales cambios para los telefonistas en particular, pero también para el conjunto del sindicalismo mexicano al mostrar la gravedad de tales claudicaciones por los líderes entregados a los brazos del gran capital.

April 2013

Foreword

The purpose of this material is to raise awareness of the changes in the retirements and pensions regime of telephone operators working in the company Teléfonos de México (Telmex) held in April 2009. Paradoxically, these changes were made during a salary revision negotiating when they should have been discussed in the context of collective bargaining agreement between this company and the Telephone Workers Union of Mexico, particularly as they affect the core of such agreement.

However, this changes were driven with the full force of Telmex and the dome of the STRM holds power, led by the almost eternal Secretary General, Francisco Hernández Juárez. In scope, constitute a betrayal of the interests of the Mexican working class and the greatest kicks ever in the history of the telephone workers. Despite strong resistance of the arguments presented bythe Delegates belonging to the opposition criticism of this Union, the irrefutable proof that there was no financial, ethical, moral and labor evidence to justify this retreat on pensions, nevertheless prevailed on the strength of the entire union structure and business pressures. What was inside a bitter struggle involved both delegates as critical telephone workers in the National General Assembly and in some specialties in the capital of the country and in several foreign locations, outside the dome hernándezjuarista did everything possible to silence this shameful betra-yal not only the telephone guild but also the Mexican labor movement.

Always dressing abroad falsely pseudoprogressist democratic garb, to accept the changes to retirement and pensions under complete submission to the class interests of Teléfonos de México, his appearance contradicts with its revealed essence, his air of a herald the labor movement in and out of the National Workers Union were strongly contested and last but not least, the setbacks in retirement should turn the best self-portrait exhibit his class nature when he intented to promotion by then as federal deputy for a political career in the areas of the State. This explains almost unanimous silence the mass media to this fundamental change in the labor life of telephony.

We begin in Chapter I exposing the union environment that took the changes to retirement and the pension of the telephone workers, to in Chapter II describe, based on the Telmex financial information, income, earnings, the evolution of the workforce and the grades achieved capital accumulation in the company to demonstrate that there are no factors justifying such setbacks. In Chapter III we will expose the various changes to the pension scheme embodied in the collective bargaining agreement and in particular dimensioning the economic impact on the telephone operators and additional gain will have Telmex considering perceived wages in 2009. Chapter IV will present the political impact of these changes, particularly for the Mexican labor movement and Chapter V will make a historical evaluation of the effects on retirement and pensions.

We have considered relevant to present in the Annexe information detailing a little some of the essential aspects of retirement, pensions and economic cost for Specialty. We hope finally this material contributes to the clarification of the harmful consequences of such changes for the telephone operators in particular, but also for the whole Mexican unions to show the seriousness of such lameness by leaders hurled into the arms of big capital.

April 2013

Los cambios a la jubilación

en Teléfonos de México

Una traición a los Fines y Métodos de los Estatutos del STRM

Introducción

El pasado 25 de abril de 2009 en una revisión que debía ser salarial, tanto Telmex como la cúpula de nuestro sindicato la transformaron en una revisión contractual que trajo un cambio esencial en la vida laboral de los telefonistas: el cambio del régimen de jubilaciones y pensiones para el personal de nuevo ingreso. Bajo un esquema similar al que aplicaron en otros sindicatos como el del IMSS y el de la Comisión Federal de Electricidad, los telefonistas nos sumamos a la lista de gremios golpeados por la gran burguesía en una de las prestaciones esenciales de nuestra vida laboral y extralaboral.

A diferencia de otros casos, en Telmex no existen problemas financieros que le den pretexto a tal rapacidad; tampoco argumentos éticos y mucho menos morales, pues aunque una de las caras que los dueños de Telmex dan al exterior consiste en la política altruista a través de sus Fundaciones, sin embargo, esas prácticas se sostienen a base de una expoliación a todos los mexicanos a través de tarifas elevadas en la mayoría de los servicios que oferta la empresa. Mientras que por un lado el principal accionista de Telmex atraía los reflectores de la prensa mundial y nacional con sus opiniones críticas sobre el manejo de la crisis mundial por parte de las instituciones económicas y financieras y de los gobiernos de las potencias imperialistas, así como por el gobierno panista en nuestro país, y salía a la palestra con planes anticrisis que paliaban el efecto negativo sobre la población entera, por el otro lado y a la sombra atestaba un fuerte golpe al sector de trabajadores, los telefonistas mexicanos, justo a aquellos que le han servido de punta de lanza para ampliar su imperio y para ocupar un importante lugar entre los hombres más ricos e influyentes del planeta. Mas no lo hizo solo, sino con la valiosa ayuda de Francisco Hernández Juárez, Secretario General del STRM que a sus 37 años consecutivos en el cargo ha terminado por hacer del Sindicato su coto de poder, la segunda Gerencia de Relaciones Laborales y punta de lanza para escalar en sus aspiraciones políticas.

Los cambios en las jubilaciones y pensiones son de diverso orden, pero todos ellos fundamentales; uno, en los años de trabajo; otro, en las prestaciones que forman la base de cálculo para la pensión. El tercero, en la edad de jubilación y el cuarto, en las condiciones para jubilarse sin límite de edad. Todos ellos atentan contra los derechos alcanzados con el fruto de todas las generaciones anteriores de telefonistas, sobre todo de aquellas que a base de las movilizaciones, huelgas, resistencias, sanciones sindicales y hasta despidos fueron defendiendo y ampliando la gama de derechos laborales; significan un retroceso histórico en la relación laboral construida hasta la fecha y sitúan la lucha del movimiento laboral y sindical mexicano en condiciones más difíciles, pues fortalecen el posicionamiento del capital, de los grandes empresarios en su batalla continua por minar las conquistas y los derechos de la clase obrera, pues sientan un mal precedente para el movimiento obrero en general, convirtiéndonos en la retaguardia sindical. A continuación exponemos los pormenores de dicho retroceso.

I Un cambio fundamental con un proceso amañado

La negociación más lesiva en la historia de los telefonistas concluyó plagada de acontecimientos por demás extraños, por no decir amañados. Primero, el hecho de modificar el Contrato Colectivo de Trabajo en una revisión salarial. ¿Por qué tanta prisa? ¿Por qué adelantarla un año? ¿Por qué si se afectaba una de las cláusulas más importantes del CCT no esperar a que se diera cabalmente en una revisión contractual?[1]

Segundo, ¿Por qué hacerla en un mamotreto llamado Acuerdo Marco, cuando casi todos ellos son motivo de la gestión del Contrato Colectivo, tales como vacantes, capacitación, crecimiento del sector, etc.? ¿Es que para conseguir algo de materia de trabajo y unas cuantas vacantes ya es tan débil la posición de Hernández Juárez que sólo regalando la jubilación puede obtener de Telmex estas migajas?

Tercero, ¿Por qué, si diciendo tener la mayoría de la aceptación de los compañeros activos y jubilados tuvo que coaccionar a los compañeros de las secciones foráneas en sus reuniones zonales durante la Asamblea Nacional para que votaran a favor? ¿Por qué al final de la Asamblea Nacional se indicó a los secretarios generales de las secciones foráneas que pasaran a entregar sus listados de cubrimientos de vacantes? ¿Acaso se les premió con cubrimiento de vacantes antes de que entrara en vigor el nuevo régimen de pensiones y jubilaciones?

Cuarto. ¿Por qué se tuvo que cambiar la “última y definitiva” propuesta que votamos en las boletas por otra diferente, nada más porque al patrón no le gustaron los términos del porcentaje de pensión para los de nuevo ingreso? ¿La Asamblea Nacional tiene facultades para ignorar, para echar abajo una votación nacional con boleta en mano y cambiarla por otra distinta?

Y quinto, ¿Cómo es que habiendo vencido la prórroga que la Asamblea Nacional autorizó para el 30 de abril de 2009 se fue firmando todo hasta el 11 de mayo?

No cabe duda. Los cambios a la jubilación dejaron una estela de atrocidades, aplastando todo vestigio de democracia en esta importante decisión.

II Los pretextos económicos que Telmex y la cúpula juarista

emplearon para el cambio en la jubilación

Dos fueron las líneas argumentales que sirvieron de pretexto a Telmex, a Hernández Juárez y su equipo de asesores y comisionados para cambiar la jubilación. La primera, el alto costo que significarían los jubilados en los próximos años debido a que una cantidad importante de telefonistas están por jubilarse. La segunda, que Telmex está en riesgo debido a que el gobierno federal le impide hacer negocio con las señales de televisión.

Respecto al costo de los jubilados, muchas veces se nos dijo que los actuales telefonistas activos somos quienes estamos pagando las pensiones de dichos compañeros, lo cual es una vil mentira. Durante los 31 años de nuestra vida laboral nosotros mismos generamos la riqueza suficiente como para reponer nuestros salarios, para engordarles el bolsillo a los dueños del negocio y para costear nuestra jubilación. De un estudio financiero que comprendía el período de 1972 a 2003[2], justo lo que labora una generación de telefonistas, se concluía que el costo total de la pensión jubilatoria de toda esa generación equivalía sólo al 16% de la ganancia global producida durante los 31 años tomando como base el mismo cálculo que hace Telmex de la vida promedio de los telefonistas ya jubilados, que es de 12 años. En otras palabras, el costo anual de las pensiones apenas representaba el 1.333% de la ganancia global producida con nuestro esfuerzo laboral, cifra por demás reducida y que echa por tierra el falso argumento de que los jubilados le salimos caros a Telmex.

Si este primer argumento no resiste la prueba de los números, mucho menos el segundo que, como catastrofistas apocalípticos, varios delegados y secretarios generales esgrimían durante la Asamblea Nacional de abril de 2009 para justificar los cambios al régimen de jubilaciones.

A diferencia de lo sucedido en el IMSS, que tenía dificultades financieras, no por el costo de las pensiones, sino por el saqueo fenomenal que por tres veces consecutivas hicieron los delincuentes en turno llamados directores, y que sirvió de pretexto para la modificación del régimen de pensiones y jubilaciones de sus trabajadores, en Telmex no es el caso.

Después de su privatización en 1990, Telmex ha generado tanta riqueza, tanta ganancia, que ha posibilitado encumbrar a su socio mayoritario entre los hombres más ricos del mundo; asimismo, esa masa descomunal de riqueza acumulada le ha permitido desprender una parte importante de la misma para drenarla hacia el Grupo Carso, haciéndolo crecer y diversificarse en numerosas ramas económicas como nunca jamás lo imaginó, destacando entre ellas la telefonía celular, con América Móvil a la cabeza, hoy día un gigante de la comunicación latinoamericana y Telmex Internacional, el último de los desprendimientos. ¿Quiénes han producido fundamentalmente la riqueza para hacer posible esta expansión? Las generaciones de telefonistas al servicio de Telmex.

Cuando Telmex se privatizó en 1990, el valor de la Planta, Propiedades y Equipo era ligeramente mayor a los 21 mil millones de pesos y poco antes de desprenderse Telmex Internacional, dicho valor llegó en 2006 a 157 mil millones de pesos, lo que equivale a decir que en 16 años la tasa de acumulación hizo crecer más de 7 veces su valor. Esto significa que casi cada dos años se duplicaba el valor de la planta telefónica. Los activos totales, que equivalen al valor global de la empresa, se multiplicaron 9.7 veces desde la privatización, al pasar de $27,145,911,000.00 en 1990, a $264,029,997,000.00 en 2006. ¡Un crecimiento del 81.4% anual, cifra que pocas empresas alcanzan a nivel mundial, detrás de la cual está el desgaste laboral de los telefonistas!

Como se puede observar en el Cuadro 1, la cuantificación la hacemos tomando dos períodos: el de 1990-2006 y el de 1990-2008. Esto con el propósito de medir los grados de aumento o disminución de las variables consideradas antes y después de que se desprendiera Telmex Internacional. Es necesario hacerlo así porque el valor de la empresa, sus ingresos y la ganancia alcanzaron los mayores niveles antes de dicha separación.

De esta manera, antes de la separación de la parte internacional los Ingresos crecieron 15.5 veces, los cuales medidos en Ingresos por trabajador, aumentaron 17.18 veces. El valor de la Planta, Propiedades y Equipo por trabajador creció 8.45 veces y el de la utilidad neta por trabajador, 9.7 veces, lo que refleja el alto grado de la productividad del trabajo y tasas elevadísimas de enriquecimiento de los dueños de Telmex, en un entorno en el que la plantilla de trabajadores en vez de aumentar, disminuye 9.97%, lo que evidencia el grado de acentuamiento de la explotación de los telefonistas. Más aún: dos años después, en 2008, la plantilla de trabajadores activos disminuyó poco más de 3 puntos porcentuales. Es una disminución muy acelerada, que hace recaer sobre menos telefonistas una carga adicional en la intensidad del trabajo, pues los niveles de productividad en vez de caer siguieron en aumento. El grado de explotación, por consiguiente, aumentó notablemente en estos últimos años.

Como podemos ver, la expansión cuantitativa y cualitativa de Telmex es sorprendente, aún y con la separación de la telefonía celular en América Móvil y la de Telmex Internacional. No existen, por lo consiguiente, elementos financieros o económicos que justifiquen el drástico cambio de la jubilación y del régimen de pensiones a los telefonistas de nuevo ingreso. Antes al contrario, desde su privatización, Telmex ha acumulado y expandido tanto capital, que se ha convertido en la cuna del florecimiento del imperio de Grupo Carso y de sus dueños, con una drástica reducción de la plantilla laboral amparada en el Contrato Colectivo Telmex/Strm, la proliferación de filiales, subsidiarias y contratistas regidas por el trabajo precario, el notable aumento de la productividad del trabajo y una política tarifaria que se encuentra entre las más caras del mundo; no se puede argüir que Telmex presenta dificultades financieras que justifiquen un golpe al Contrato Colectivo de Trabajo de esta magnitud ni de ninguna otra, y sí por lo contrario debería haberse reflejado una mejoría sustancial en el contenido de su clausulado.

. Todos los resortes que animan el enriquecimiento escandaloso de los dueños de Telmex trabajan a toda marcha desde que esta empresa cayó en sus manos y no es posible que en vez de reconocer el gran esfuerzo, tesón, empeño y entrega de sus trabajadores, los castigue de esta forma y sitúe a los nuevos telefonistas que entrarán a partir del 26 de abril de 2009 en mayores condiciones de precariedad en la etapa de vida donde deberían cosechar el fruto de su esfuerzo productivo, no sin antes explotarlos por lo menos cuatro años más y arrancarles 7 ó 12 años menos de su vida como jubilados.

III Los cambios al régimen de pensiones y jubilaciones

El régimen de pensiones y jubilaciones para los telefonistas que ingresen después del 25 de abril de 2009 tiene no uno, sino varios cambios fundamentalmente lesivos y retrógradas. Con base en los mismos cuadros que presentaran en la Asamblea Nacional, los iremos analizando, tomando el ejemplo que dieron para Planta Exterior (Cuadro 2). Cabe señalar que todos los cálculos se hacen con los salarios que se tenían antes del aumento del 25 de abril de 2009.

1) Cambio de la base de cálculo para la pensión

La “última y definitiva propuesta” con la que se votó entre el 23 y 24 de abril de 2009 incluía la jubilación con el 96% como porcentaje máximo, eliminando cinco prestaciones para el cálculo de la pensión:

- Renta

- Despensa

- Aguinaldo

- Gastos Educacionales

- Ahorro

El salario base para el cálculo de la pensión en el caso de los compañeros de Planta Exterior que ganan $477.93 diarios es de $868.11, pero con esta propuesta bajaba a $604.91, es decir, $263.20 menos, que en la pensión diaria implica una pérdida de $113.77 diarios. Con la modificación que se hiciera el último día de la Asamblea Nacional (Lunes 27 de abril) en el sentido de bajar el porcentaje máximo de 96 a 80% a cambio de incluir la Renta y el Ahorro en el cálculo del salario base, la pérdida en la pensión diaria es de $106.52 diarios, repetimos, para el caso del ejemplo que dieron para Planta Exterior, con lo que quedan eliminadas las prestaciones siguientes:

- Despensa

- Aguinaldo

- Gastos Educacionales

La cúpula juarista argumentaba que, aunque bajara el porcentaje, sin embargo al incluir estos dos aspectos en la base de cálculo, se tenía una mejoría de $7.26 diarios. Lo que jamás dijo y que deliberadamente omitió fue que esta mejoría no era pareja para todas las Especialidades, pues dependía del salario nominal que se tuviera y del impacto de las prestaciones. En el Cuadro 3 se indica la diferencia, tomando los ejemplos que dio el Comité Ejecutivo Nacional en la Asamblea Nacional. Por lo tanto, entre más alto es el salario nominal, más baja es la mejoría.

Las pérdidas en la pensión diaria por trabajador para las Especialidades siguiendo los ejemplos que dio la cúpula juarista en la Asamblea Nacional se pueden apreciar en el Cuadro 4.

2) Cambio en los años de servicio y en la edad de jubilación

El segundo cambio más importante es por partida doble: en los años de servicio y en la edad de jubilación, pues se pasa de los 31 años de trabajo a los 35 años y de los 48 y 53 años de edad para las mujeres y hombres, respectivamente, a los 60 años de edad para ambos sexos. La tabla con los porcentajes de pensión según los años trabajados es la que aparece en el Cuadro 5, para los casos de la propuesta que votamos en boleta y la que se firmó.

Como se puede apreciar, se agregan cuatro años más de trabajo. Esto significa que por cada 8 trabajadores contratados, se ahorran uno, considerando los años trabajados de los que entramos a laborar antes del 25 de abril de 2009, pues 8 por 4 da la cantidad de 32 años ahorrados para Telmex.

Pero ahí no terminan las ventajas para la empresa. Del 25 de abril de 2009 en adelante, quienes ingresen le trabajarán 7 años más, tratándose de los hombres y 12 años más en el caso de las mujeres si es que quisieran llegar al porcentaje máximo de pensión jubilatoria.

Esto significa, por lo que se refiere a la jubilación, el mayor de los retrocesos históricos que haya habido en nuestro sindicato, pues nos sitúa en condiciones similares a las de 1926. Según consta en un estudio sobre la jubilación publicado en la propia revista oficial de nuestro Sindicato en su edición de julio/agosto de 2005[5], el primer acuerdo de jubilación está signado el 20 de mayo de 1926 entre la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana y el Sindicato Nacional de Telefonistas. Ahí el mínimo de años trabajados era de 25 y el máximo de 50 años, con un 25% del promedio salarial de los últimos 10 años como mínimo y un 70% como máximo. En este sentido, las condiciones actuales que tenemos son muy diferentes. Pero en lo que se refiere al límite de edad, era de 60 para los hombres y de 55 años para las mujeres. Por consiguiente, lo firmado en esta revisión salarial nos sitúa incluso peor que como se tenían los años de jubilación en 1926, pues las mujeres tendrán que laborar cinco años más que lo estipulado en ese entonces, si quieren alcanzar el porcentaje máximo de pensión jubilatoria. Y eso que hoy se habla de “equidad de género” ¿Para eso crearon dicha Secretaría dentro del Comité Ejecutivo Nacional? ¿Para eso tanto cambio en la reforma estatutaria? ¿Para explotarlas 5 años más que los telefonistas hombres?

Además, esto implica que Telmex tendrá de los nuevos telefonistas siete o doce años más de obtención de ganancias con relación a la plantilla de trabajadores que entramos antes del 25 de abril de 2009, pero también siete o doce años menos de pago de pensión jubilatoria, lo que significa que así nuestros patrones alcanzan una doble ganancia.

3) Pérdida adicional en el porcentaje de la pensión jubilatoria

Pero aquí no se acaban las bondades del regalo que hizo la cúpula juarista a los dueños de Telmex. Ya habíamos mencionado que el nuevo esquema de jubilación le reporta un ahorro de entre $84.94 y $127.25 diarios por cada trabajador nuevo que se jubile a sus 60 años de edad con 35 años de servicio, según la Especialidad a la que corresponda (Ver Cuadro 4).

Pero sólo quienes entren a laborar a los 25 años de edad y cumplan 35 años de servicio se jubilarán justo a los 60 años, con el 80% de pensión. Aquellos telefonistas que entren después de esta edad y laboren 35 años también se pensionarán con este porcentaje, pero con la diferencia de que se jubilarán con más años de edad y por lo tanto disfrutarán menos años su vida como jubilados. Sin embargo, el caso inverso es diferente. ¿Qué pasará con aquellos trabajadores que ingresen entre la edad legal mínima para trabajar y los 25 años, que laboren 35 años y que decidieran jubilarse en el momento de cumplir esta condición?

La cláusula 149 bis del Acuerdo Marco establece las condiciones de jubilación en estos casos: “El trabajador o trabajadora con 35 o más años de servicios, podrá jubilarse sin contar con 60 años de edad, en cuyo caso, recibirá la pensión proporcional que le corresponda según su edad.” ¿Cuál es la proporción que indica dicha cláusula? ¿Con qué porcentaje de la pensión se van? Nada de esto dice el citado Acuerdo Marco. En la Asamblea Nacional se pidió esta información por varios delegados, pero la cúpula juarista le hizo vacío, tanto en ese momento como en los reclamos posteriores.

Hay una razón de peso para que escondan esta información: el porcentaje es menor al 80% en estos casos, aunque el telefonista haya laborado 35 años, lo cual constituye otra afectación fundamental, como podemos ver en el Cuadro 6.

Resulta entonces que por cada año de edad menor a los 60 años en el momento de jubilarse, el trabajador perderá 1.3333% de su pensión jubilatoria, aunque labore 35 años. En el caso de los telefonistas que entraron antes del 25 de abril de 2009 no importa si se jubilan antes de los 48 ó 53 de edad, siempre y cuando tengan los 31 años de servicio, pues se pensionan con el 80%. Pero en los trabajadores que entren después de esta fecha, perderán hasta casi 10% de la pensión si entran a los 18 años. El Cuadro 6 muestra la pérdida de la pensión en pesos tomando los salarios de la máxima categoría para los casos de las Especialidades de Centrales Mantenimiento, Planta Exterior y Administrativos, Comercial, SAC y Finanzas.

Comparemos, apoyándonos en el Cuadro 7, el caso de un técnico de Centrales Mantenimiento de la máxima categoría que se jubila antes del 25 de abril de 2009 con 31 años de servicio con el de un técnico de la máxima categoría después de esta fecha que ingresó a los 18 años de edad y laboró 35 años, es decir, con el caso del último renglón de la tabla anterior, jubilándose a los 53 años de edad. (Ver Cuadro 8)

De lo anterior se deduce que para Telmex será más conveniente contratar personal de nuevo ingreso con 18 años de edad o cercano a la misma, debido a que el ahorro en la pensión jubilatoria significaría un 25.16% menos con relación a los telefonistas que entramos antes del 25 de abril de 2009. ¿Cuánto se ahorraría Telmex si este técnico de Centrales viviera hasta los 70 años como jubilado? Tomando en cuenta que se jubilaría a los 53 años de edad, viviría 17 años más como jubilado. Multiplicada esta cantidad por la pérdida anual referida en el Cuadro 8, el patrón se ahorrará la nada despreciable cantidad de $ 1,300,568.00

4) Pérdida comparativa con las condiciones de la jubilación antes del 25 de abril de 2009 en el caso de que se jubilen con 31 años de servicio y 60 de edad.

Partiendo de que la plantilla de telefonistas con el anterior esquema de jubilación se retira a los 31 años de servicio, comparemos la ganancia adicional que se lleva Telmex con los nuevos telefonistas en condiciones similares, es decir, con un telefonista que ingrese después del 25 de abril de 2009 y que se vaya con 31 años de servicio. En este caso deberá tener obligatoriamente 60 años de edad y su pensión será del 60% de su salario base de cálculo (Ver Cuadro 5). Tomemos el ejemplo de Centrales Mantenimiento expuesto en el Cuadro 9.

Comparada con la pensión actual, la pérdida es de $ 303.71 diarios, que equivale al 36.46% menos. Al año constituyen $110,854.15

En otras palabras, la empresa se ahorrará estos casi 111 mil pesos anuales durante todo el tiempo que estos nuevos telefonistas vivan ya como jubilados. Suponiendo que el tiempo promedio de vida como jubilados sea el mismo que Telmex contabiliza para las generaciones actuales, o sea, 12 años para lograr una esperanza de vida a los 72 años, el ahorro llegará a ser de $1,330,249.80

Pero ahí no para el ahorro: si se tratara de personal masculino, Telmex se está ahorrando el pago de 7 años de pensión y en el caso de que sean mujeres, se está ahorrando 12 años, porque estos son años que tienen un doble efecto: por un lado le ahorran el pago de pensión y por otro, le generan ganancia adicional a la que producimos los telefonistas que entramos a laborar antes del 25 de abril de 2009.

En este último caso estimamos la ganancia anual promedio en $7.00 por cada $1.00 de salario pagado –estimación por demás conservadora, pues en los últimos años ha sido de más de $10.00 por peso pagado en salarios-, el resultado es el siguiente (Cuadro 10):

Como se puede apreciar en el Cuadro anterior, por cada trabajador de nuevo ingreso en la Especialidad de Centrales Mantenimiento, Telmex se ahorrará entre casi 21 y 34.5 millones de pesos, según sea el género considerado. Si para el cálculo de la ganancia adicional se tomara el salario integrado, incluyendo por tanto el incentivo a la productividad y el pago por el manejo del Inglés, este rubro se incrementaría más del 35% y la ganancia global sería mucho mayor.

Como el ejemplo seleccionado es el de un técnico de Centrales Mantenimiento de la máxima categoría, para calcular la ganancia adicional generada por los 7 y 12 años más de trabajo tomamos el salario que es la base para el cálculo de la pensión, $1,041.37, calculamos la percepción total por los 7 ó 12 años (365*7 y 365*12) y su resultado lo multiplicamos por $7.00 De antemano sabemos que los nuevos técnicos de centrales no ganarán este salario diario base sino $882.31, por lo que la diferencia con el del técnico que entró antes del 25 de abril de 2009 es una ganancia adicional para los dueños de Telmex. Además, cabe hacer notar que estamos tomando un salario que no toma en cuenta el pago de los incentivos a la productividad ni el pago por el uso del idioma inglés, en el caso de esta Especialidad, lo que representaría por lo menos un 35% más de percepciones, por lo que la ganancia adicional del Cuadro 10 se queda corta. Si ahora consideramos la ganancia más cercana a la realidad: que Telmex ha estado ganando aproximadamente $10.00 por cada peso de salario que paga y si le agregamos ese 35% más de salario por el pago de productividad y del manejo del inglés, y si añadimos la ganancia adicional por pagarle menos a los nuevos técnicos ($1,041.37 – $882.31 = $159.06), multiplicada por los 7 y 12 años más de trabajo, resulta que Telmex logra una ganancia por cada técnico de $36,325,853.00 en el caso de los hombres y $62,272,890.90 en el caso de las mujeres, es decir, casi el doble del mínimo de ganancia calculado en el Cuadro 10.

Finalmente, habrá que considerar dos aspectos más. El primero, el ahorro en mano de obra que produce este cambio en la jubilación, que a comienzos de este material indicábamos que era de un trabajador por cada 8 contratados, es decir, un ahorro del 12.5% en la plantilla de telefonistas. El segundo, que al aumentar la edad de trabajo hasta los sesenta años, el desgaste, la fatiga y en general el daño producido a la salud de los telefonistas mermará la calidad de vida ya como jubilado y se convertirá en una fuente de enfermedades que acabará con una porción mayor de la pensión por los gastos médicos y en general se convertirá en un factor potencial que atenta contra la esperanza de vida, lo que significará para Telmex una fuente más de ahorro en el pago de pensiones por muertes prematuras.

IV Impacto político de los cambios a la jubilación

Los cambios al régimen de pensiones y jubilaciones de la clase obrera forman parte de la política depredadora de las oligarquías imperialistas llamada comúnmente neoliberalismo y están acompañados de otra serie de medidas igualmente lesivas, tales como la privatización de la educación, de los sistemas de salud pública y de todos aquellos servicios públicos que tradicionalmente estaban a cargo de los Estados Nacionales y que eran financiados por los propios recursos de la población trabajadora de la ciudad y el campo a través de la recaudación tributaria.

En nuestro país el golpe a las pensiones y jubilaciones comenzó con las reformas al IMSS de 1997; prosiguió con los cambios en este aspecto para los trabajadores de nuevo ingreso en el IMSS, el ISSSTE y recientemente en la Comisión Federal de Electricidad. Todos ellos, bajo el firme propósito de saquear a los trabajadores para que los empresarios y sobre todo los grandes oligarcas obtuvieran aumentos sustanciales en sus ganancias y/o para que los costos de las crisis económicas los pagaran los obreros.

La dirección Hernándezjuarista estaba consciente de esta ofensiva y se vio obligada a movilizar a los telefonistas so pena de que, al no hacerlo, estaría en juego la credibilidad y la existencia misma de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). A pesar de su fobia a la movilización[6], tuvo que convocarnos en apoyo a los trabajadores del IMSS para evitar que les modificaran la jubilación y el sistema de pensiones, y se protestó por la dirección nacional cuando le tocó a los compañeros del ISSSTE. Sin embargo, como muchas veces se le recriminó, era candil de la calle y oscuridad de su casa, pues lo que afuera se defendía, al interior del sindicato lo regalaba; mientras al exterior se pretendía evitar el golpe, al interior lo fraguó desde mediados de los años 90 para ir debilitando la voluntad de los telefonistas a base de engaños y demagogia.

Los cambios al régimen de pensiones y jubilaciones de los telefonistas no sólo tienen un impacto negativo y funesto para nosotros; también constituyen un golpe a la clase obrera mexicana porque sin oponer mayor resistencia, facilitándole la dirigencia sindical del STRM el trabajo sucio a Telmex, se sienta el precedente para que no sólo el Gobierno Federal sino también los grandes empresarios de los restantes sindicatos nacionales, se vean tentados a cambiar esta importante conquista histórica. Se debilita al movimiento obrero en su conjunto porque es un frente de lucha menos, que dobló las manos sin oponer mayor resistencia y se contribuye al aislamiento de los pocos sindicatos que aún resisten a dicha ofensiva neoliberal.

Consciente de su traición a los intereses históricos e inmediatos de la clase obrera, no hizo nada de ruido al exterior del Sindicato. No dio a conocer los cambios a la jubilación y las pensiones; en los medios de difusión masiva, en los foros sindicales, en los políticos y sociales en general guardó un silencio sepulcral.[7] ¿Dónde quedó el papel solidario que debería asumir la UniónNacional de Trabajadores, a la cual pertenecemos, en este momento tan crucial? ¿Dónde quedó el supuesto carácter vanguardista de la cúpula que dirige a nuestro sindicato desde hace 37 años? ¿A dónde fueron a parar los Principios y los Fines que rigen al Sindicato de Telefonistas, tales como “Pugnar por que todos los derechos y prerrogativas conquistadas por las y los trabajadores se sostengan y mejoren … y combatir todo aquello que perjudique a la clase trabajadora y obtener por todos los medios legítimos al alcance del Sindicato, todo lo que la beneficie”?[8]

¡Qué favor tan grande le hizo la cúpula hernándezjuarista al gobierno de Felipe Calderón y a la oligarquía mexicana al haber impulsado los cambios en la jubilación, pues con esto debilitan al conjunto del movimiento obrero mexicano, ya que aparte de situar en una condición más difícil a los frentes actuales de resistencia, fortalecen y le abren paso a la ultraderecha para imponer los cambios a la Ley Federal del Trabajo y lo que se le ocurra en el camino! Nada es casual, y mucho menos en política. El salto en las aspiraciones políticas de nuestro secretario general al candidatearse como diputado, su vínculo con el ala más podrida del PRD, la que le guiña el ojo al panismo y las expectativas de poder que se le abren a partir de esta decisión, tienen conexión directa con su cercanía con los intereses de los dueños de Telmex así como con el golpe que acaba de propinar al STRM y al movimiento laboral mexicano. ¿Canjeó la diputación por la jubilación para ir escalando en la política nacional? ¿Se fue a la Cámara buscando el fuero que esto le brinda para cobijarse en caso de que prospere la demanda que fue interpuesta por algunos compañeros de la oposición crítica para declarar nulo el proceso electoral del que amañadamente fue reelecto?

V Retroceso histórico

En la visión convencional que privó en el discurso oficial, tanto de la cúpula dirigente como de todos aquellos coordinadores, delegados y demás representantes sindicales que convalidaron semejante traición, sobresalía la insistencia de que los cambios en la jubilación y las pensiones eran para los trabajadores de nuevo ingreso y se iban a dar sólo hasta dentro de 35 años.[9] Pero lo difícil para los empresarios es abrir la puerta, porque después, los pasos siguientes son relativamente sencillos. Y con los cambios que se acaban de pactar, se generan las condiciones para que potencialmente la empresa se vea tentada a tocar los derechos de los telefonistas actuales en material de jubilaciones y pensiones. Es como preguntarse en qué condiciones estaríamos si los telefonistas que estaban activos en 1978 hubieran hecho lo mismo que se le acaba de hacer a las generaciones posteriores.

Y varios de los cuestionamientos tienen que hacerse en este sentido generacional, pues hay conquistas que por su grado de dificultad y de alcance sólo se logran por la lucha de varias generaciones de trabajadores, como la que hoy Francisco Hernández y seguidores regalaron y que a él no le costó nada, pues los avances en la jubilación que se lograron en las últimas huelgas de fines de los años 70 y de 1980 siempre fueron a pesar de él debido a su franca oposición y cercanía con la empresa. Esto que decimos no es retórica, pues para comprender cabalmente el gran descalabro que acabamos de sufrir no hay que ir tan lejos. Simplemente con un recuento somero del origen y evolución de la cláusula principal sobre la jubilación, confirmaremos lo anterior. Veamos:[10]

La telefonía en nuestro país se introdujo en 1878. Casi cinco décadas después, tras la Revolución Mexicana y la formación de los cimientos del nuevo Estado mexicano, en 1926 los telefonistas que laboraban para la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana logran, agrupados en el Sindicato Nacional de Telefonistas (SINATEL) tras despidos y huelgas, el primer acuerdo de jubilación a nivel contractual que establecía la jubilación entre los 25 y 50 años de servicios con 60 de edad para los hombres y 55 años de edad para las mujeres, con un pago que oscilaba entre el 25 y el 70%. Tres años después, en 1929, el sindicato de la Ericsson alcanzaba un acuerdo similar.

Es en 1935 cuando el SINATEL reduce a 40 los años de trabajo y dos años más tarde bajan incluso a 35 años, logrando el pago máximo del 75% de la pensión. El sindicato de la Ericsson también logra empatar a 35 los años de trabajo, pero al costo de recibir sólo el 60% de la pensión, aunque dos años más tarde se empareja también en el 75% de la pensión. El siguiente salto importante se da en 1970, ya constituida Teléfonos de México y unificados los sindicatos de telefonistas, cuando con los mismos 35 años de trabajo se pasa al 80% de la pensión.

Desde el primer acuerdo de jubilación tuvieron que pasar 48 años para que en 1974 comenzara la disminución en la edad de jubilación, pues de 60 y 55, pasó a 59 y 54 años de servicio para hombres y mujeres, respectivamente. Y así, sucesivamente tras un largo período de 14 años, es que se llega en 1988 a la jubilación con 53 y 48 años de edad. También en ese año por vez primera en la historia de los telefonistas, se llega al máximo de 33 años de servicio pero además sin límite de edad. ¿Cuántos años de lucha hubo que pasar para llegar a este resultado? Si lo contabilizamos a partir del primer acuerdo contractual de jubilación, sesenta y dos años, pero si lo medimos a partir de la primera empresa telefónica en establecerse en nuestro país, sumarían 110 años.

Dos años más tarde, en 1990, justo en el proceso de privatización de la empresa, se llega al esquema que imperó hasta el 25 de abril de 2009: a los 31 años de servicio sin límite de edad y con el 80% de la pensión. Aquí se congeló el proceso de mejora en la jubilación, habiendo sólo los cambios de la Cláusula 160, autorizados a cuentagotas. Indudablemente, las mejoras tanto en la disminución de los años de servicio como en la edad de jubilación obedecen fundamentalmente a la lucha desatada a partir de la destitución del charro priísta Salustio Salgado en 1976 y del fuerte movimiento a nivel nacional que se orquestó a partir de ese cambio. Pero no se crea que fue producto del tesón y el empuje del entonces nuevo secretario general, Francisco Hernández Juárez, como anotáramos más arriba, sino de la fuerza y organización de dicho movimiento que llevó a la realización de tres huelgas consecutivas y dos paros nacionales, todos ellos contra la voluntad del secretario general e incluso contra sus intentos de claudicación.

Los acontecimientos posteriores nos muestran un gran viraje en el mejoramiento de la jubilación. Una vez pasada la empresa a manos privadas en 1990, ya no hubo mejoras al respecto. Comienza un período de pérdida gradual de las conquistas del Contrato Colectivo de Trabajo con el mal llamado “Convenio de Concertación” que de inmediato mutila varias de las mejores cláusulas y en lo que se refiere a la jubilación, desde entonces entra en una fase de estancamiento de la cual ya jamás salió.[11]

Así pues, podemos afirmar que el comienzo de la reducción en la edad de jubilación a partir de 1974 se debe al proceso de maduración de la población mexicana tras la Segunda Guerra Mundial, al período de desarrollo capitalista que se dio inmediatamente después de dicho acontecimiento y sobre todo, al florecimiento de la lucha por la democracia, a la revolución mundial en la cultura provocadas por los acontecimientos de 1968 y el impulso dado por un gran número de trabajadores influenciados por estos vientos de transformación, que en numerosos casos impulsaron la lucha obrera en nuestro país.

Esta fuerza de transformación de las relaciones laborales al interior de la telefonía cobró mayor impulso con el movimiento desatado a partir de 1976 y con la influencia de los cambios revolucionarios en muchas partes del planeta hasta antes de que se propagara la política neoliberal. De hecho, el Telmex privatizado, el del magnate Carlos Slim, es resultado de dicha política, uno de los signos de la máxima expresión neoliberal en nuestro país que, como se dijera líneas arriba, inició la depredación de las conquistas alcanzadas por las generaciones anteriores de telefonistas, hasta lograr lo que desde 1995 se comenzó a machacar: justo el cambio del régimen de jubilaciones y pensiones pactado en el Contrato Colectivo de Trabajo.

Recapitulando, en lo que se refiere a la prolongación de los años de servicio hasta los 35, nos regresamos a las condiciones que había en 1937. Eso equivale a un salto hacia atrás de 72 años. Por lo que respecta a la edad de jubilación, nos regresamos en el tiempo hasta 1926, e incluso más atrás, pues en ese año sólo los hombres tenían que cumplir los 60 años, mientras que las mujeres se podían jubilar a los 55 años. Pero como los cambios que se produjeron en abril de 2009 igualaron la edad de jubilación para ambos sexos, en el caso de las mujeres telefonistas la regresión es mucho mayor, pues es la primera vez en la historia de nuestro gremio que se obliga a las compañeras a laborar hasta los 60 años, para alcanzar el 80% de la pensión. Es el mayor de los retrocesos históricos habido en nuestra relación laboral. Y para terminar, por lo que toca a la jubilación sin límite de edad con el máximo porcentaje de pensión, tardamos 57 años en alcanzarla, contabilizando a partir de 1929, pero si hacemos el cálculo desde la aparición de los primeros telefonistas, nos llevó 108 años llegar a esta conquista sindical. Ha sido, por tanto, la peor traición de un Secretario General.[12]

Hoy los nuevos telefonistas también pueden jubilarse con 35 años de trabajo y antes de los 60 de edad, pero ya sin el porcentaje máximo de la pensión, pues por cada año menos de edad pierden un porcentaje. Y todavía algunos piensan que fue una buena negociación.

VI A manera de conclusión

Retrocesos de alcance histórico como estos necesitan un tiempo de maduración para asestarse y un momento peculiar para imponerse. Teniendo el patrón una abundante riqueza acumulada, no tuvo mayor problema para financiar una campaña ideológica dirigida a los telefonistas para mermar la conciencia y la convicción de lucha; para adormecer y/o comprar voluntades. Hubo de esperar a que prácticamente se jubilara toda la generación de sindicalistas que vivieron, hicieron, animaron y organizaron el movimiento telefonista más aguerrido de las etapas recientes de nuestro gremio, el de 1976. También esperó a que se jubilaran las generaciones inmediatamente posteriores de telefonistas que vivimos esa oleada de movilizaciones y cambios importantes en la vida interna de nuestro sindicato. Por otra parte, trabajó lento, pero sin pausa en machacar la conciencia de los telefonistas en general a través de la dirigencia sindical, la eterna y la que cambia cada cuatro años, hasta crear las condiciones propicias, agregando el anzuelo de las vacantes, pues muchos ya se veían con sus hijos, parientes o recomendados casi con un pie en la empresa, sin considerar que sólo tocarían en el mejor de los casos de a 22 por cada entidad federativa de las ofrecidas. Se amarró, además, la conformación de la Asamblea Nacional con delegados y secretarios generales ya convencidos de entregar la jubilación[13]; asimismo, aprovecharon la crisis mundial actual y sus efectos nocivos sobre las clases trabajadoras para impulsar la política del miedo, el temor a perder el empleo si le votamos en contra, pero también a la falsa expectativa de conseguir más ingresos de personal si el gobierno federal soltaba para Telmex la explotación de las señales de TV y, ya como la cereza del pastel, el período de contingencia derivado de la aparición de la Influenza Humana que le cayó como anillo al dedo a las cúpulas sindical y de Telmex para desmovilizar completamente todo intento de resistencia a la entrega de la jubilación.

Se nos dijo que votaron 27,416 compañeros por aprobar los cambios a la jubilación con 2,538 votos en contra, de un total de aproximadamente 55 mil telefonistas con derecho a voto, lo cual es indicativo de un alto grado de abstencionismo; pero además resulta que este voto no es secreto, pues se nos coacciona pidiendo nuestro nombre, expediente y firma, y tampoco existe transparencia en el proceso de votación ni en el cómputo final, pues casi todo el proceso está centralizado por la cúpula sindical. Entonces, tomando incluso la votación arriba señalada, resulta que del total de la plantilla de activos y jubilados con derecho a voto, la mayoría no votó a favor, o en el mejor de los casos se partió a la mitad el Sindicato en esta decisión fundamental, por lo que los cambios a la jubilación no tienen el consenso necesario. Esto significa que más adelante, cuando en la plantilla de los telefonistas activos vaya cobrando un mayor peso el personal de nuevo ingreso, las condiciones pueden dar un viraje hacia una defensa más consistente de los derechos laborales, que irá acompasada con la reanimación de la economía mundial y la mexicana en particular. La victoria de los dueños de Telmex y de los casi eternos líderes del Sindicato es, por consiguiente, relativa y, como siempre, quedan abiertas varias puertas por las que necesariamente soplarán vientos de democracia, de reorganización y lucha del movimiento telefonista.

Junio de 2009

APENDICE

PÉRDIDA EN LAS PENSIONES PARA EL PERSONAL DE NUEVO INGRESO EN TELMEX A PARTIR DEL 25 DE ABRIL DE 2009

Para la elaboración de estos cuadros se tomó como base la información que se dio en la Asamblea General Nacional de 2009 por la Comisión de Modernización del STRM. Las cifras no incluyen el aumento salarial otorgado a partir del 25 de abril de 2009.

Los cuadros en gris son los que ya no se consideran para el cálculo de la pensión. Los que están en verde son los que se agregaron después de realizada la votación de la revisión salarial mediante cédulas.

[1] No es la primera vez que esto ocurre. Las mutilaciones más importantes al Contrato Colectivo de Trabajo producto de la privatización de Telmex también se dieron en 1989 en una revisión que era salarial, lo mismo que la aplicación del programa de productividad. Y no es casual, pues en una revisión contractual el conjunto del sindicato tiene grados mayores de preparación y atención que en una revisión salarial.

[2] Su versión íntegra se puede ver Lara (2006), La agresión a los telefonistas en materia de jubilaciones y pensiones. Las conclusiones de este estudio nunca fueron cuestionadas ni por la empresa ni por la dirección sindical al momento en que se dieron a conocer y tampoco en los años posteriores. La propia realidad las confirmó, pues años después de publicada esta investigación las ganancias de Telmex se elevaron mucho más y la fortuna de los dueños de Telmex aumentó considerablemente.

[3] Esta es la propuesta que se llevó a consenso nacional mediante cédulas de votación y que se aprobó, según informes del Comité Ejecutivo Nacional y de la cúpula juarista.

[4] Este es el cálculo de la pensión con el porcentaje al gusto del patrón (80%) que Hernández Juárez hizo que votara la Asamblea Nacional, pasando por alto la votación nacional con un porcentaje mayor.

[5] STRM. Revista Restaurador 22 de abril. Julio/agosto de 2005, pág. 2.

[6] Así lo definimos, pues recordemos que en las huelgas, paros y movilizaciones nacionales que tuvimos en los años 70 y 80, posteriores al derrocamiento del charro anterior, Francisco Hernández siempre trabajó para evitarlas o en su defecto, aplastarlas en el menor tiempo posible.

[7] Incluso a los telefonistas de oposición crítica se nos cerraron las puertas de los medios de difusión, pues en tres ocasiones citamos a conferencia de prensa para denunciar lo anterior y en ninguna de ellas asistieron, con la honrosa excepción del periódico La Jornada.

[8] STRM. Estatutos. Artículo 5º

[9] Esto además es falso, pues comenzará a darse desde los 25 años de servicio para aquellos telefonistas que entren relativamente grandes de edad a laborar

[10] Para este apartado nos apoyaremos de la información que sobre la jubilación fue procesada y publicada en el citado estudio La agresión a los telefonistas en materia de jubilaciones y pensiones y publicado en el periódico Fibra Telefonista bajo el título La jubilación. Avances y retrocesos. México, Septiembre de 2001. También nos apoyaremos en el material de José García Méndez titulado Jubilación, aparecido en la revista oficial del STRM: Restaurador 22 de abril. México, Julio-Agosto de 2005. Para un mayor detalle se pueden consultar los Contratos Colectivos de Trabajo Telmex/Strm. Varios años.

[11] Si se analiza la evolución de Contrato Colectivo de Trabajo a partir de la privatización de Telmex, veremos que no sólo en la jubilación encontramos un estancamiento, sino en el conjunto de las prestaciones. Son menores los cambios ocurridos en las revisiones contractuales posteriores y por el contrario, de manera gradual se han ido perdiendo, ya sea en el papel y/o en los hechos, importantes conquistas laborales que van asociadas al mantenimiento de Francisco Hernández en el poder. Esa ha sido la factura que hemos pagado los telefonistas a cambio de sus continuas reelecciones.

[12] Por menos se destituyó al Secretario General anterior a Hernández Juárez, el charro Salustio Salgado Guzmán. La firma de un porcentaje de aumento salarial a espaldas de los telefonistas fue la gota que derramó el vaso y lo que lo llevó a su caída. Hoy no sólo se produjo este gran retroceso histórico, sino que además el Secretario General se dio el lujo de cambiar al gusto de los dueños de Telmex la “ultima y definitiva propuesta” por otra, con tan sólo el aval de la gran mayoría de los Delegados de la Asamblea Nacional de abril de 2009, también a espaldas de los miles de telefonistas, de manera similar a como en su momento lo hizo Salustio Salgado.

[13] Como ejemplo de lo anterior, basta un botón de muestra: a la hora de la votación para cambiar el sistema de jubilaciones y pensiones, sólo hubo trece votos en contra, de más de 500 asistentes y sólo nueve votos en contra al momento de que el Secretario General cambió de última hora la propuesta señalada en la nota No. 13.

[14] Cifra en Nuevos Pesos

[15] Incluye el Costo integral de financiamiento, los Impuestos, la Utilidad neta y la Reserva para pensiones y primas de antigüedad. Fuente: Informes Anuales de Telmex, 1972-2003.